La procesionaria del pino y el perro

La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) es una oruga que se encuentra principalmente en bosques de pinos y coníferas en regiones templadas de Europa, incluida España.
Esta oruga es conocida no solo por los daños que causa a los árboles, sino también por los riesgos que representa para la salud de las mascotas, especialmente los perros.
Índice de contenidos
Origen de la procesionaria del pino
La procesionaria del pino tiene su origen en los bosques de coníferas de Europa. Durante su fase larvaria, estas orugas se alimentan de las acículas (hojas) de los pinos, lo que puede causar defoliaciones y, en casos de infestaciones severas, dañar gravemente o incluso matar al árbol.
Causas de la peligrosidad para el perro
La razón principal por la que estas orugas representan un peligro para los perros son sus pelos urticantes. Estos pelos son una defensa contra los depredadores y contienen una toxina que puede causar reacciones alérgicas e inflamatorias.
- Contacto directo: Si un perro entra en contacto directo con estas orugas o sus nidos, puede sufrir irritaciones en la piel. Sin embargo, el mayor peligro ocurre cuando el perro las ingiere o simplemente las olfatea, ya que los pelos urticantes pueden provocar graves inflamaciones en la boca, lengua y garganta.
- Contacto indirecto: Incluso sin un contacto directo con la oruga, los pelos urticantes pueden ser transportados por el viento y depositarse en el suelo, el agua o el pelaje del animal, lo que también representa un riesgo.
Síntomas en el perro tras el contacto
Tras el contacto con la procesionaria, un perro puede mostrar varios síntomas:
- Hinchazón e inflamación en la zona afectada, especialmente en la boca o la lengua.
- Salivación excesiva.
- Dificultad para tragar.
- Apatía o inquietud.
- En casos graves, puede haber necrosis (muerte del tejido) en partes de la lengua.
Prevención y Recomendaciones
- Evitar pasear a los perros por zonas de pinos durante los meses en que las orugas están activas, generalmente desde finales de invierno hasta principios de primavera.
- No permitir que el perro olfatee o juegue con estas orugas si las ve.
- En caso de contacto, es esencial acudir al veterinario de inmediato para recibir el tratamiento adecuado.
En conclusión, la procesionaria del pino es un riesgo real para los perros. Es fundamental que los dueños estén informados sobre esta amenaza y tomen las medidas adecuadas para proteger a sus mascotas.
Tratamiento post contacto
Si sospechas que tu perro ha tenido contacto con la procesionaria del pino, es esencial actuar rápidamente. Aquí te indicamos qué hacer:
- Limpieza inmediata: Si detectas pelos urticantes en el pelaje de tu mascota, trata de retirarlos con cuidado usando guantes para proteger tus manos. Luego, lava la zona afectada con agua fría.
- No administrar medicamentos sin prescripción: Aunque es posible que quieras darle a tu perro algún medicamento para aliviar el dolor o la inflamación, no es recomendable administrar ningún fármaco sin el consejo de un veterinario.
- Acudir al veterinario: El tratamiento profesional es crucial en estos casos. El veterinario puede administrar medicamentos antiinflamatorios y analgésicos, así como otros tratamientos específicos dependiendo de la gravedad de la reacción.
Consecuencias a largo plazo
Aunque en muchos casos la reacción al contacto con la procesionaria puede ser leve y el perro se recupera completamente con el tratamiento adecuado, en algunos casos las consecuencias pueden ser más graves:
- Necrosis: Como mencionamos anteriormente, la toxina de la procesionaria puede causar la muerte del tejido, particularmente en la lengua. En los casos más graves, puede ser necesario realizar una intervención quirúrgica para extirpar las zonas afectadas.
- Reacciones alérgicas: Algunos perros pueden desarrollar reacciones alérgicas después del contacto, lo que puede requerir un tratamiento específico y la administración de antihistamínicos.
La procesionaria del pino no solo representa una amenaza para los árboles sino también para nuestras mascotas.
La prevención es la clave para proteger a nuestros perros de este peligro. Si vives en una zona donde la procesionaria es común, es esencial estar informado, tomar precauciones durante las salidas y estar atento a cualquier síntoma en tu mascota.
En caso de duda o si sospechas que tu perro ha estado en contacto con estas orugas, no dudes en acudir al veterinario de inmediato.
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